a.p. > a coruña
Eran alrededor de las seis menso veinte de la tarde cuando el número 48 de la calle de Riego de Agua se estremeció hasta los cimientos. Parecía que había explotado algo, asegura Joaquín Peñalver. El farmacéutico se encontraba en su local cuando varios cientos de kilos de hormigón se desprendieron del borde del tejado, en el quinto piso, y cayeron a la terraza, provocando un estruendo que sobresaltó a todos los que los escucharon. Un par de estos cascotes salieron rebotados de la terraza hacia el centro de la calle, justo frente al teatro Rosalía, y estuvieron a punto de alcanzar a dos jóvenes que en ese momento entraban en la tienda de regalos La Moderna.
Casi les roza, asegura el farmacéutico que añadió que su propia hija entró en el local solo tres minutos más tarde del suceso: Si llega a ocurrir la semana pasada, cuando la calle estaba llena de gente, estaríamos hablando de varios muertos.
Pero esta vez la fortuna evitó mayores lamentos, aunque el boquete de dos centímetros de profundidad que dejaron los escombros de hormigón daba testimonio de la violencia del impacto. Los bomberos calculan que el fragmento de cornisa debía pesar entre 25 y 30 kilos. La Policía Local precintó inmediatamente la zona del impacto, impidió a los transeúntes pasar por la calle y les obligó a desviarse por los soportales del teatro.
Cuando llegaron, los bomberos comprobaron el estado del tejado. Es un edificio muy viejo explicó el cabo al mando de la dotación y se había desprendido prácticamente toda la cornisa.
El hecho de que el quinto piso esté retranqueado propició que fueran solo unos pocos kilos de hormigón y no varios cientos los que cayesen sobre la calzada.
Después de que comprobaran que no había más material en peligro de desprenderse, los bomberos limpiaron la zona y recogieron los cascotes que se habían proyectado en la acera.
Todo el material fue reunido en un rincón para que se recogiera más tarde.
Precinto > Media hora más tarde de que fueran llamados de su parque en A Grela, los bomberos terminaron su trabajo y los agentes municipales pudieron retirar el precinto policial, que había cortado la calle durante algo más de 45 minutos, aunque no hasta haber hablado con el propietario del piso, al que se le comunicó que se enviaría un informe a Urbanismo para que verificaran el estado del edificio, aunque no está claro si será la sección de Ruinas la que se encargue de evaluar la situación del inmueble.
No es la primera vez que algo así ocurre en Riego de Agua. Aunque menos grave, un incidente similar había tenido lugar en la misma calle hace casi un año, a escasos metros de distancia, de donde se localizó la caída de ayer.
Fue después de una serie de intensas lluvias acompañadas de aparato eléctrico. Entonces se habían desprendido también de una cornisa, aunque esta vez situada en un tercero en vez de un quinto piso, varios cascotes de entre 25 y 50 centímetros que se habían esparcido por la calle y, también como ayer, fue necesario que la Policía Local acordonara la zona en previsión de más desprendimientos.